lunes, 9 de julio de 2012

Historia de la Empresa: La Empresa. Historia de una Idea Revolucionaria

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Capitulo I:  Mercaderes y monopolistas (3000 a.C-1500 d.C)

Pto de partida: entendemos que la empresa moderna no ha madurado hasta el siglo XIX, pero vamos a resumir su “juventud” a lo largo de la historia.
Mesopotamia (3000 a.C): tratos comerciales más allá del Trueque. Aparecen contratos para organizar la tierra.
Asirios(2000 a.C): se encuentra el primer ejemplo de un fondo de inversión.
Atenas (300 a.C): sociedades para el comercio marítimo que debían de cumplir con la ley.
Roma (200 a.C):el honor de inventar la compañía habría que otorgárselo a los romanos” (William Blackstone). En esta época se crearon conceptos fundamentales en el ámbito mercantil y se otorga por primera vez una personalidad colectiva (a una sociedad) distinta a la de los miembros que la forman
 Islam: se fomentan las ganancias responsables.
China (1000 d.C): a pesar del adelanto con el que contaban no se organizaban en compañías. Esto, junto con la cultura asiática y la interferencia del Estado Chino provocó un aislamiento que resultó fatal.
El relevo del imperio Romano tuvo dos ramificaciones: Italia con las mercantiles y el Norte de Europa con los gremios.
  Italia: las mercantiles se usan para gestionar viajes marítimos (continuación de Roma). Aparece la compagnia en Florencia que tiene más atribuciones, además se empieza a usar la partida doble en Contabilidad. Las compagnias estaban muy relacionadas con los bancos: Banca Médicis- familia Médicis-, (muy importante en la época, proporcionó gran parte del capital del Renacimiento) Esta banca intento diversificar el riesgo de sufrir pérdidas abriendo 10 sucursales en ciudades distintas.
Hay que resaltar la figura de Datini, un comerciante que se caracterizó por el uso muy activo de libros de contabilidad y por plasmar todos sus acuerdos en contratos por escrito. Además diversificaba su fortuna para reducir perdidas. Defendió el concepto de compañía ya que decía que si dos socios se portaban como debían, las ganancias obtenidas por ambos en común serían superiores a las obtenidas individualmente.
  Norte de Europa: también había sociedades, pero lo más relevante que aportaron fueron los gremios. Aparece la figura de la guilda como una entidad mercantil que gozaba de monopolio del comercio dentro de las murallas de la ciudad a cambio de una contribución al rey. Pero estas entidades, eran más bien sindicatos que protegían los intereses de sus miembros dando formación a los aprendices y realizaban exámenes a los iguales para eliminar a los menos capaces.  A veces los comerciantes operaban como consorcios para conseguir mejores precios de las materias primas, además de gozar con la protección del Estado en materia de seguridad.
Capítulo 2: Imperialistas y especuladores (1500-1750)
Los siglos XVII y XVIII asistieron al surgimiento de un tipo de entidades comerciales: las chartered companies o compañías privilegiadas (sociedades mercantiles creadas por cédula real). Éstas era un esfuerzo conjunto de los estados y los mercaderes para explotar las riquezas de los nuevos mundos abiertos por Colón, Magallanes y Vasco de Gama. Poseían cartas reales que les daban derechos exclusivos para comerciar en alguna parte del mundo. Pertenecían al sector público y al privado. Estas compañías se inspiraban en dos ideas medievales: (i) las acciones podían venderse en el mercado libre; y (ii) responsabilidad limitada (para que los inversores aportaran grandes sumas de dinero).
Nos centramos fundamentalmente en dos compañías: la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC: Vereenigde Oost-Indische Compagnie), y la Compañía de las Indias Orientales inglesa. Mientras la segunda organizaba cada viaje como una operación aislada con distintos accionistas, los accionistas de la VOC se comprometían en el negocio por 21 años (sistemas que los ingleses terminaron copiando).
Los holandeses fueron los primeros en negociar acciones en una Bolsa de Valores formal, poniendo de moda la especulación bursátil en Holanda. También marcaron el paso de la competencia imperial en el extranjero.
Las grandes compañías privilegiadas acaparaban la escena, y fueron sus constantes abusos los que hicieron que muchos reformistas considerasen a las S.A. como peligrosas y anticuadas.
[Nos centramos ahora en la Compañía de las Indias Orientales (inglesa): surgió en 1599, cuando un grupo de 80 comerciantes y mercaderes solicitaron a Isabel I la creación de una compañía para comerciar con las Indias Orientales. En 1600 se concedió una cédula “al gobernador y la Compañía de Mercaderes que comercian con las Indias Orientales”, obteniendo un monopolio por 15 años del comercio con las Indias Orientales (“países y puertos de Asia y África, y con todas las islas, puertos, ciudades y lugares de Asia, África, y América, o cualquiera de ellos, entre el cabo de Buena Esperanza y el estrecho de Magallanes”).
Se programaron viajes de 16 meses: en el de ida el cargamento principal era plata así como otras mercancías, en la India cambiaban casi todo por telas de algodón, que luego canjeaban en las islas de las Especias por pimienta, clavo y nuez moscada. A veces un viaje a China, Japón o Filipinas añadía seda, añil, azúcar, café y té. Pero la ruta normal era volver de la India, donde parte del cargamento de especias se cambiaba por té, que tenían un mercado incipiente en Europa. Para ello, se requería de una administración compleja, creándose una estructura de dos niveles: La Asamblea General se componía de los accionistas con derecho a voto; la gestión diaria se confiaba a la junta directiva (24 hombres elegidos por la Asamblea General). El gobernador, subgobernador, asistidos por determinadas personas, trabajaban en siete comisiones especializadas cada una en una materia. Esta compleja estructura dependía de la calidad de los factores. Estaban expuestos a toda clase de peligros (los jefes locales, enfermedades, enriquecerse ellos y no su patrón. Para ello, la Compañía elegía para estos puestos a los hijos de los mayores accionistas, y fomentaban su lealtad pagándoles sueldos generosos y diciendo que la compañía era “una gran familia”, inculcaban la diligencia estimulándoles a ir a la iglesia a diario y censuraban rigurosamente la embriaguez, el juego y el despilfarro.
La compañía por poco desaparece a mediados del siglo XVII. La brutal VOC la expulsó de las islas de las Especias, por lo que la compañía decidió entonces centrarse más en la India, prosperando con vigor.
A finales del siglo XVII, la compañía podía presumir de ser un monopolio bien organizado que proporcionaba a la Corona unas 20.000 libras en derechos de aduana. No obstante, este monopolio recibía muchas críticas y oposición. La compañía iba aguantando, durante el siglo XIX, el gobierno se valía de la renovación de la cédula; en 1813 el gobierno abolió su monopolio comercial; en 1833 le arrebató su derecho a comerciar, y, finalmente en 1874 expiró la cédula].
- John Law y el dios Mammón
Las primeras sociedades anónimas fueron instrumentos de una gran especulación financiera e imperialismo económico. A principios del siglo XVII, los gobiernos de Francia y Gran Bretaña se valieron de dos compañías privilegiadas para reestructurar su deuda. Mientras que el objetivo era reducir el coste del servicio de su deuda convirtiendo las obligaciones (interés fijo) en acciones (menos rentables), el resultado fue la mayor burbuja financiera de la historia. La culpa la tuvo John Law, quien emitió una gran cantidad de acciones de sus empresas y mantuvo viva la fiebre especuladora anunciando dividendos generosos y permitiendo a los accionistas comprar más acciones con un tupo preferente. En 1719, propuso convertir toda la deuda nacional constituida por bonos anuales en acciones de la compañía, financiando estas operaciones mediante la emisión de gran cantidad de acciones. Se produjo una locura colectiva, y una multitud de personas acudieron a obtener acciones. Era inevitable que la burbuja reventara, y a principios de 1920, los inversores empezaron a abandonar la Compañía de Mississippi (cuya concesión comercial tenía John Law). Ello provocó que el valor de sus billetes y acciones siguiera cayendo y se vio obligado a abolir el papel moneda y cerrar la Banca, para luego huir del país.
Las empresas privilegiadas hicieron mucho daño (estafaron, fueron pioneras de la esclavitud, e incluso tenían las manos a veces ensangrentadas). Sin embargo, en América las compañías privilegiadas a veces desempeñaron un papel más ilustrado (por ejemplo la Compañía de Virginia introdujo la democracia en las colonias).
Adam Smith tenía dos quejas fundamentales contra las misma: (i) el hecho de que las compañías privilegiadas mantuvieran monopolios; y (ii) pensaba que las sociedades de riesgo compartido eran por su naturaleza menos eficaces que los comerciantes independientes. Le preocupaba además el problema de la representación.

3. UN PARTO LARGO Y DOLOROSO (1750-1862)
En Gran Bretaña, la ley exigía que todas las sociedades por acciones estuvieran autorizadas por el Parlamento, por eso casi todos los empresarios (especialmente en la trata de esclavos y la industria, las dos áreas más dinámicas de la economía británica) preferían las sociedades comanditarias y varias formas de entidades no participadas.
Por otro lado, en EEUU, se sirvieron primero de las corporaciones privilegiadas dotadas de derechos monopolísticos especiales para construir la nación, y después de la independencia, surgieron muchas S.A en empresas de transportes, bancos, y, en menor medida, compañías industriales y de comercio.
Sin embargo, aunque predominaran, las sociedades comanditarias no eran perfectas. La responsabilidad ilimitada reduce la capacidad de la empresa para conseguir capital y además la muerte inoportuna de un socio importante o del heredero a menudo mataba también a la empresa. Los empresarios las mantenían porque no querían que el Estado se entrometiera en sus negocios. 
La empresa moderna como tal surgió en la Inglaterra victoriana. Durante la primera mitad del siglo XIX, los ingleses liberalizaron su legislación mercantil y aparecieron los ferrocarriles (Ley de Ferrocarriles de 1844) y las líneas telegráficas, todo ello envuelto en el llamado “efecto Middelmarch[1].
El gran debate de la era victoriana se centraba en torno a la responsabilidad limitada.  Adam Smith insistía en que la empresa gestionada por el dueño era una unidad económica más pura, porque el único modo de que una S.A pudiera competir era acogiéndose a la responsabilidad limitada. Por su parte, los reformistas argumentaban que denegar a los empresarios la responsabilidad limitada era antiliberalismo. Los social cristianos también estaban a favor porque consideraban que servía para enriquecer a los pobres y aliviar la lucha de clases.
En contra, los ricos y los industriales se preguntaban ¿no podían los empresarios obtener las sumas necesarias de los ahorros de la familia y reinvertir las ganancias? ¿La responsabilidad limitada no haría recaer el riesgo del comercio en los proveedores, clientes y prestamistas?
Al gobierno también le preocupaba la fuga de negocios al extranjero.
Con todos estos argumentos se aprueba la Ley de Responsabilidad Limitada de 1855, que daba el privilegio de la responsabilidad limitada a las compañías registradas. También se aprueba la Ley de Sociedades Anónimas de 1856 de la mano de Robert Lowe, “padre de la empresa moderna”.  Con esta ley se permite a las compañías obtener responsabilidad limitada, sin mínimos para emitir acciones, (excluidos bancos y aseguradoras), lo único que se exige es que 7 personas firmaran el acta de constitución y que la empresa colocara el “S.A” detrás del nombre. Pero aun quedaba mucho camino para llegar al capitalismo moderno.
También en el resto de  Europa se facilitó la fundación de las S.A, lo que provocó un boom de las mismas en los años 70 del s. XIX.
Conclusiones:
1) La compañía es una creación política porque se le ha autorizado la responsabilidad limitada, pero no es la consecuencia automática del avance tecnológico, el debate sigue abierto desde entonces: ¿es la compañía esencialmente una entidad privada, sujeta a las leyes del Estado, pero sin más obligación que ganar dinero? ¿o es un organismo público que debe actuar en favor del interés general?
2) Las empresas tenían claramente un efecto político y social en las sociedades donde crecían, como decía Drucker, la sociedad anónima no puede considerarse simplemente una reforma, es una innovación!!

4. El Ascenso de las Grandes Empresas en Estados Unidos (1862-1913)

1880: Richard Sears fundó la RW Sears Watch Company. Entró así en el negocio de la venta por correo. Sears ofrecía a la población rural un medio de eludir las tiendas locales, cuyos precios eran más elevados. Se convirtió en el líder en venta por catálogo. Estableció un “laboratorio de control de calidad” >> atención al dato. ¡Qué modernos! En 1905 sacó su compañía a bolsa para conseguir más capital.
La empresa de Sears se convierte en una gran empresa moderna, con accionistas, unidades operativas independientes, red nacional de proveedores y gerentes profesionales a sueldo.          
Hasta 1840 los empresarios creían en la mano invisible del mercado, no se esforzaban por coordinar. Con la I GM, la gran corporación se había convertido en la institución mercantil dominante.  En 1813, EEUU fabricaba un 36% de la producción industrial del mundo frente al 16% de Alemania y el 14% de Gran Bretaña.

EL FERROCARRIL VINO PRIMERO

“La empresa comercial moderna se hizo viable sólo cuando la mano visible de la dirección empresarial demostró más eficacia que la mano invisible de las fuerzas del mercado”.        
Los ferrocarriles también eran empresas modernas. Fueron las primeras empresas que empleaban grandes ejércitos de gerentes. Eran una figura nueva en una sociedad agraria: individuos que no eran dueños de la compañía pero le dedicaban su vida. Inventaron muchos de los instrumentos administrativos de la empresa moderna. La necesidad de capital del ferrocarril llevó a la creación de la Bolsa de Nueva York.

MINORISTAS FRENTE A FABRICANTES

Las primeras empresas estadounidenses que aprovecharon la infraestructura ferroviaria fueron las de distribución y venta al público.         
Entre 1850-1860 surgieron grandes mayoristas que compraban directamente a los fabricantes y vendían a los minoristas. Posteriormente, nacieron las empresas de venta al público; cadenas de tiendas, grandes almacenes y venta por correo.  Debido a la Guerra de Secesión el número de empresas industriales creció el 80% en la década de 1860. Henry Ford perfeccionó el sistema de producción en serie. Su golpe de genio fue la cinta transportadora, que desplazaba las piezas en la cadena de producción.

TODO BAJO UN MISMO TECHO

El éxito de Ford no se debía solo a que fabricara coches con más rapidez, sino también a que reunía la producción en masa y la distribución en masa bajo una sola entidad. La clave era controlar la mayor parte posible de este proceso.
Para los Robber Barons, los Trust eran un modo de esquivar las leyes que prohibían a las compañías poseer acciones de otras.

LA REACCIÓN

La cuestión es si estas nuevas compañías estaban convirtiendo EEUU en un lugar mejor. Disputas entre Sindicatos vs Robber Barons. En todos los conflictos, los tribunales apoyaban la contratación libre más que los derechos de los obreros. Pero al final se hizo caso al pueblo: comenzaron a caer los monopolios, a fragmentarse todas las corp.

LA POPULARIDAD DE LA COMPAÑÍA

A los estadounidenses no les gustaba la concentración del poder, pero admiraban el poderío global de los negocios. 3 factores evitaron que ese amor odio hacia las corporaciones se convirtiera en hostilidad:
1.       Las grandes empresas aprendieron a intervenir en política.
2.       Nacimiento de lo que hoy llamaríamos responsabilidad social de la empresa.
3.       Las empresas estaban enriqueciendo el país.
La única manera de competir con una de estas compañías enormes era montar otra igual de grande. Pero aunque pudiera reunirse el dinero y encontrar buenos gerentes, estaba el riesgo de poner tanta producción en el mercado que éste se hundiera. Por ello en EEUU había tantos monopolios entre 1880-1940.

CAPÍTULO 5: EL ASCENSO DE LAS GRANDES EMPRESAS EN GRAN BRETAÑA, ALEMANIA Y JAPÓN (1850-1950).

     Distintas formas de concebir las empresas: Gran  Bretaña (laissez-faire y reticencia a sociedades anónimas. Buscaban el beneficio), Alemania y Japón (aceptaron la SA y existían para servir a la sociedad y grandeza nacional).
GRAN  BRETAÑA
Aspectos negativos: no supo explotar sus compañías pese a ser el inicio de la industrialización. Destacan dos razones:
     1.- Preferencia por la empresa familiar y gestión personal. Gran carencia de capacidad gerencial.            Esto no implica necesariamente el fracaso.         
     2.- Prejuicios británicos contra la industria, desprecio elitista por los negocios. Los colegios exclusivos se centraban en materias inútiles. Pocas facultades de empresariales evitando el contacto con la práctica empresarial.
Aspectos positivos:    las empresas ocasionaron grandes cambios: crecimiento de sindicatos, revolución en hábitos de trabajo y posibilitaron la participación de las mujeres. Fue esencial el empleo de la Bolsa para financiarse y el aprovecharse de la libertad de comercio. A principios del siglo XX, gran crecimiento por las fusiones.

ALEMANIA
     Se unificó en 1871 pero fue capaz de convertirse en primera potencia industrial europea debido a la mayor fortaleza de sus empresas. Se diferenciaban de las americanas por ser un capitalismo distinto que pone la cooperación por encima de la competencia y asumiendo el protagonismo del Estado. 4  diferencias estructurales con las anglosajonas:
1.- Toleraban prácticas que los anglosajones consideraban contra la competencia  porque beneficiaban al país en su conjunto. Visión nacionalista respaldada por List.
     La caída económica de finales del siglo XIX forzó la unión de compañías (Kartell) de diverso tipo, destacando las comunidades de interés (IG).
2.- Influencia de los grandes bancos.
3.- Sistema de gestión empresarial de dos niveles: consejos de administración (decisiones diarias) y juntas supervisoras (formadas por accionistas y grupos de interés).
4.- Capitalismo benefactor alemán. Bismark impuso un sistema complementario de “seguridad social”.
     Sin embargo, el éxito alemán  se debe sobre todo a dos aspectos: formación (facultades de empresariales y fuertes inversiones) y alta consideración de los directivos.
JAPÓN
              Capitalismo organizado similar al alemán combinando la profesionalización con el nacionalismo. En 1868, se abre a Occidente, invitando a extranjeros para que les instruyeran en los métodos occidentales y, entre otras medidas. Gran lealtad empresarial haciendo lo que fuese para que la empresa triunfara a cambio de un empleo vitalicio. El crecimiento fue enorme.
              Los grandes grupos industriales japoneses eran los zaibatsu. Mezcla de propiedad familiar y gestión meritocrática, se dedicaban a una gran variedad de actividades pero siendo eficaces y flexibles.

CAPITULO 6

Capitulo 6:
EL TRIUNFO DEL CAPITALISMO GERENCIAL (1913-1975)
Al estallar la Primera Guerra Mundial, la gran empresa se había convertido en la entidad definitoria de la sociedad estadounidense; y lo más destacable de los 70 años posteriores fue su continuidad y éxito ininterrumpido. Este éxito fue resultado de la compañía compuesta por varias divisiones surgida en los años 20. Esta gran compañía fue una innovación decisiva por sí misma, porque la profesionalizaba y fijaba su estructura dominante; y porque se convirtió en la base del “gerencialismo”. Así, el arquetipo de la Edad de Oro, el robber baron, fue sustituido por el gerente profesional.
Evolución:
-          Entre 1900 y 1920: tuvo lugar la separación gradual de la propiedad de la empresa de su dirección. Los robber barons tomaban las decisiones estratégicas pero no eran capaces de supervisar personalmente todas las actividades de sus gigantescos imperios, por lo que se hizo necesario recurrir a la nueva clase de gerentes profesionales. Éstos coordinaban toda la evolución del producto, desde los proveedores hasta los clientes; y pronto su capacidad organizadora se convirtió por sí sola en una ventaja decisiva para competir. Poco a poco estos gerentes empezaron a tomar también las grandes decisiones estratégicas. Esta empresa organizada en divisiones fue la que Alfred Sloan invento para General Motors.
Caso General Motors (GM) vs Ford.
GM fue salvada por Pierre DuPont al comprar el 37% y elegir a Sloan como encargado de reorganizar la empresa de arriba abajo. Se dieron cuenta que las operaciones de la compañía eran demasiado dispares para que las dirigiera una sola autoridad central, y decidieron convertir sus distintas unidades (automóviles, camiones, repuestos y accesorios) en divisiones autónomas, que quedarían definidas por el mercado que atendían. El sloanismo se basaba por tanto en una descentralización organizada en la que las divisiones se movilizaban juntas para conseguir mejores precios (desde el acero hasta el papel de cartas). Por encima se creó además un poderoso departamento general para revisar la compleja estructura en todos sus aspectos. La ventaja principal residía en que la estructura de la compañía era fácil de ampliar, ya que no había mas que crear otra división. Por otro lado, la determinación de Ford de administrar por sí solo su enorme imperio le llevó al desastre: no tuvo en cuenta las nueva estrategia de segmentar el mercado ni las teorías sobre gestión, y se negó a implantar los métodos de gestión más elementales. Ello llevó a que en 1929 la cuota de mercado de Ford cayera un 31% mientras que la de GM subió del 17 al 32,3%. Como afirma Tomas McCraw “lo que Ford hizo con las máquinas, Sloan lo hizo con los seres humanos”. 
Esta estructura de divisiones fue adoptada por muchas de las grandes firmas: United States Rubber, Standart Oil y US Steel, DuPont Company; y otras muchas se convirtieron a la fe de la gestión empresarial: Coca-Cola; Procter&Gamble.
-          Se tomó conciencia de que la nueva cultura de gestión era aplicable a todo tipo de ámbitos; incluso intentaron aplicarla en el gobierno. Empezaron a brotar escuelas de empresariales como la Harvard Business School que ofrecían cursos de marketing, finanzas empresariales y hasta política comercial. Empezó la era de una nueva religión gerencial: “Los gerentes, no los banqueros ni los accionistas, son el elemento fundamental de la industria. La buena gestión es la que atrae el crédito, a los trabajadores  y a los clientes” (Follet).
-          Entre 1930 y 1940, al intensificarse la presencia de la compañía en la sociedad, el debate sobre su papel también se intensificó, planteándose 3 preguntas fundamentales: ¿por qué existe la compañía?, ¿para quién trabaja?, ¿qué pasa con los trabajadores?. Así se paso de una sociedad mercantil organizada y dirigida fundamentalmente para beneficiar a los accionistas a una compañías con una dimensión social además de un fin económico. Peter Drucker resaltó la idea de que se tratara a los trabajadores como un recurso y no sólo como un coste. Advertía éste que lo más valioso de los trabajadores no eran sus manos si no su cerebro; identificándoles en 1959 como los “trabajadores del conocimiento”.
-          Mientras que en Estados Unidos, el Estado siguió siendo cliente, policía y aliado de las empresas pero no su dueño, en Europa Occidental los gobiernos de postguerra empezaron a nacionalizar sistemáticamente las empresas dominantes en la economía (industria pesada, comunicaciones, infraestructura).
-          Entre los años 1950 y 1960, la descentralización se convirtió en una máquina de crear empleos para los gerentes y pronto se adoptó la idea de mantener un equilibrio justo y eficaz entre las exigencias de las diversas partes interesadas: accionistas, empleados, clientes y el público en general, adoptando diversas políticas y medidas como pensiones de jubilación, manuales de empleo, etc. Los beneficiados más directos fueron los gerentes, y al final de estos años había demasiados “hombres de la compañía” dirigidos desde fuera en vez de desde dentro, más interesados en la buena opinión de sus colegas que en seguir su brújula interior. No obstante, en el extranjero, las empresas estadounidenses conquistaban un mercado europeo tras otro y, estos últimos decididos a aprender de los primeros. En 1970 más de la mitad de las mayores empresas industrializadas habían contratado los servicios de McKinsey para reorganizar sus estructuras de gestión. Incluso las compañías japonesas y alemanas, que seguían aferradas a su visión del capitalismo cooperativo, importaron en parte la estructura de las múltiples divisiones y predominaban en ellas los grandes negocios.
-          Debemos concluir afirmando que los conglomerados de los años 70 se hicieron en parte engullendo las divisiones que otras compañías desechaban, y en parte con absorciones hostiles; y con la ayuda de normas de contabilidad generosas y de inversores codiciosos. A partir de 1973 se empezó a desinflar esta burbuja, al no producir estos grandes conglomerados la rentabilidad que los accionistas esperaban, restringiéndose su capacidad de apoderarse de más compañías.

CAPÍTULO 7 LA PARADOJA DE LA COMPAÑÍA

En 1973, Sears inauguró el edificio más alto del mundo en Chicago. Fue una manera de humillar a Ward y una alarde de su propia confianza en el capitalismo estadounidense. Paradójicamente, esa confianza estaba justificada y era a la vez un engaño.
En 1970 se creía que las grandes compañías apoyarían la situación posbélica, pero las economías estaban en situaciones lamentables. La desregularización comenzó en UK cuando Thatcher fue aupada al poder por los votantes hartos de huelgas y estanflación.
En 1982 el gobierno inglés privatizó varias compañías y a él le siguieron gobiernos europeos y EEUU. Incluso dentro del sector privado, la sociedad anónima cotizada en bolsa consolidó su influencia en el capitalismo: cuanto más crecía una compañía, más se asimilaba a una S.A.
Pero Sears se tambaleaba ya que el mercado de los grandes almacenes desaparecía, y Ward cerraba en 2000. Un nuevo ejecutivo salvó la compañía gracias a grandes recortes. El gran tamaño de las grandes empresas era ahora sinónimo de inflexibilidad y las pequeñas compañías empezaron a crecer mucho más rápido.
A partir de 1975 surge la mentalidad de los trabajadores del conocimiento. La exportación más importante de EEUU en 1999 era de capital intelectual.
Hubo 3 factores fundamentales en la desarticulación de la compañía:
1.      Los japoneses: en 1980 hicieron inversiones en el extranjero 10 veces mayores que en las 3 décadas previas. El modelo de empresa reunía todas las fases del proceso productivo y gestión de calidad así como el empleo vitalicio. EEUU vio que siguiendo estos métodos podía competir en diseño e innovación. Pero en los 90 Japón se estancaba.
2.      Wall Street: que los accionistas estuvieran desunidos era cómodo para las empresas, pero las entidades colectivas de inversión y los fondos de pensiones crecieron rápidamente aumentando la influencia colectiva. A quien más temían los gerentes era a los “saqueadores de empresas” que las desmantelaban aprovechando sus deudas. Esta batalla de los 80 propició las absorciones y fusiones; esta adquisición apalancada (apoyada en bonos basura que generó muchas pérdidas) era un intento por hacer que los gerentes pensaran como dueños, dando más peso a los accionistas; pero a finales de siglo los accionistas no habían logrado frenar el poder de los gerentes. Los bárbaros y los fondos de pensiones recordaban a los gerentes “el dinero va donde y se queda donde le traten bien”.
3.      Silicon Valley: las ideas comerciales y la tecnología del Valle desarticularon aún más la compañía. El Valle cambió la compañía por: los productos que hacía (centrándose en la miniaturización), y por la creación de una forma distinta de vida empresarial donde la meritocracia era absoluta (las compañías gacela). A finales de siglo la jerarquía de las grandes empresas se volvió más laxa y las fronteras se hicieron más difusas en imitación al modelo del Valle.

Las compañías empezaron a subcontratar, reorganizar el negocio, llevar sus sedes fuera de las ciudades…etc. El hombre de la compañía era ahora el emprendedor sin corbata y las mujeres empezaron a competir. El cambio más grande era psicológico: el empleo y el cargo ya no eran algo seguro y fijo, importaba el mérito. Los gobiernos habían liberalizado la compañía, desregulado mercados, reducido barreras, privatizado empresas públicas…etc y la sociedad quería que las empresas asumieran fines sociales. Se reanudó la discusión de si el fin de las empresas es ganar dinero o ser un instrumento de bien común; y aquí es donde entra la multinacional.

Aquí va el 8

LAS MULTINACIONALES: AGENTES DE INFLUENCIA (TEMA 8)

Las multinacionales siempre han levantado recelos: de las élites nacionales, que las consideraban una amenaza a su legítima autoridad; de los populistas conservadores, que las condenaban por ser agentes del cosmopolitismo; y de los socialistas, para quienes eran la “última fase del capitalismo”.
La única razón por la que una multinacional prospera en un país, por medios lícitos o no, es que vende mejor sus mercancías o los servicios que los competidores nacionales.

Con la Edad Media los primeros negocios cuyas actividades atravesaron las fronteras fueron los bancos. Pero la historia de la multinacional moderna, y de la misma compañía moderna, empieza en Gran Bretaña con el ferrocarril. Mientras que en EEUU las compañías británicas eran sobretodo inversores pasivos, en otros países construían las vías y enviaban desde Gran Bretaña los gerentes, los materiales, los equipos y la mano de obra. Las primeras compañías ferroviarias tenían dos consejos de administración: uno en Londres, ocupado principalmente de la gestión financiera, y otro en el país donde trabajaba, para dirigir las operaciones sobre el territorio.
Las sociedades anónimas victorianas copiaron este sistema en sus grandes incursiones destinadas a la búsqueda y extracción de materias primas. La obtención de estas materias primas obligaba a establecer compañías multinacionales con un consejo en cada lugar.
En el último cuarto del siglo XX la forma de las multinacionales evolucionó de dos maneras: en primer lugar, se liberó de su pesada envoltura: los ferrocarriles y las minas cedieron la primacía a las empresas que se aventuraban a vender medicamentos, cigarrillos, chocolate, jabón, margarina, máquinas de coser y ropa de confección en el extranjero. En segundo lugar, tuvo que adaptarse a la negociación política, especialmente en materia de aranceles.
Un país tras otro levantaron barreras aduaneras con el fin de proteger y estimular la industria nacional. En la época de la I Guerra Mundial, Gran Bretaña y los Países Bajos eran las únicas naciones importantes que enarbolaban la bandera del comercio libre. Estas barreras afectaban a todas las multinacionales (pero las británicas las sufrieron antes porque fueron las primeras). Así pues, mientras que las compañías estadounidenses tendían a invertir en su país, las británicas convirtieron el mundo en su campo de experimentación. En 1914, la mitad de las 30 mayores compañías británicas tenía por lo menos una fábrica fuera del país (incluso las empresas pequeñas británicas saltaban al exterior). Pero pese a su espíritu pionero, los británicos cojeaban en el extranjero de lo mismo que cojeaban en casa: gestión poco profesional.
Casi todos los países europeos crearon multinacionales (los alemanas eran más sistemáticos y menos aventureros y produjo multinacionales de alta tecnología con mucho más éxito que Gran Bretaña, y Francia era el segundo exportador de capital de Europa después de Gran Bretaña). También las compañías asiáticas empezaban a expandirse en el exterior.

El mayor desafío al liderazgo británico lo plantearon las empresas de EEUU. En 1914, cada vez más compañías norteamericanas tenían uno o dos fábricas en el extranjero. La inversión directa en el exterior era de alrededor del 7% del PIB de EEUU. En 1950, Gran Bretaña había cedido a EEUU el primer puesto en la creación de multinacionales del mundo. Las compañías industriales fueron las primeras de EEUU que se establecieron en el extranjero. Entraron en operaciones extranjeras del mismo modo que los británicos adquirieron su imperio: en un ataque de distracción. Las empresas de EEUU improvisaron departamentos de ventas en el extranjero para enfrentarse a la demanda espontánea de sus productos. Pero una vez que penetraban en esos mercados, se vieron reforzadas, irónicamente, gracias a aquellos que querían dejarlas fuera. (por ej, en 1987 el conde Goluchowski, ministro de Asuntos Exteriores de Austria mandó una circular a los dirigentes europeos urgiéndoles que se unieran contra la invasión de EEUU con barreras arancelarias y las empresas estadounidenses las eludían estableciendo filiales en Europa y así sus mercancías llegaban antes al mercado y podían adaptarlas al gusto local). También los estadounidenses desplegaron sus alas más allá de Canadá y Europa occidental , y en plena Depresión encontraron campo para crecer rápido en Hispanoamérica. En los años de la posguerra de la II GM EEUU aventajó a Gran Bretaña. Después de la guerra, el creciente nivel de vida europeo estimuló la demanda de productos de consumo que las empresas estadounidenses en expansión estaban en mejores condiciones de satisfacer. Los sesenta fueron los años cumbre para las multinacionales estadounidenses.

En los años 70, la devaluación del dólar encareció los valores extranjeros para las empresas de EEUU y abarató los valores estadounidenses para los extranjeros. La subida del precio de petróleo a mediados de la década y la consiguiente alza del precio de las mercancías dispararon la demanda de aparatos de bajo consumo energético que los norteamericanos no tenían experiencia en producir. La inflación y la recesión quebrantó más aun su confianza en si mismos. En los 80, los norteamericanos estaban vencidos por los alemanes y humillados por los japoneses. En el año 2000 sucedieron tres cambios importantes que afectaron a todo tipo de multinacionales: 1) el enorme aumento de su número, 2) las empresas pequeñas promovían la globalización tanto como las grandes gracias a la rebaja de los aranceles, la desregulación generalizada, la caída de los costes del transporte y las telecomunicaciones, 3) las compañías que operaban en todo el mundo se esforzaban por tratarlo como un mercado único.

Conclusión: El futuro de la compañía

Pto de partida: la transformación de los ciudadanos en meros engranajes de la gran máquina industrial por parte de las grandes empresas.
Las compañías han cambiado la conducta de los individuos rompiendo con el viejo orden social y marcando el paso de la vida diaria. Se caracterizan (y es la clave de su éxito) por su capacidad para evolucionar – pasaron de ser un instrumento estatal a una república independiente que administra sus asuntos y enrique a los accionistas-. No hay duda de que la compañía seguirá cambiando, pero… ¿Hacia dónde?
a)      Punto vista económico
                                                               i.      Riesgo de que un grupo de empresas se apoderen del mundo en silencio. Crítica: las grandes empresas han perdido terreno.
                                                             ii.      Compañías cada vez menos sólidas que tengan que subcontratarlo todo. Crítica: las grandes empresas siguen creciendo para hacerse mas grandes.
                                                            iii.      El elemento básico de la economía es la red de compañías (no una sola). Crítica: no gozan de personalidad jurídica ni de un sistema interno para darse cuenta de sus actos.
La tendencia actual es que la compañía se vuelva “menos compañía” y que las organizaciones más grandes se dividan en unidades más pequeñas y emprendedoras.
Estas posturas no tienen en cuenta una variable decisiva como la política.
b)      Punto visto político.
Las compañías tiene que tener presente a la sociedad en todo momento,  teniendo especial cuidado con los escándalos empresariales y cuidando su responsabilidad para con la sociedad pero… ¿ante quién son responsables las compañías?
               -ideal benefactor: ante estamentos sociales.
               -ideal del interés: ante sus accionistas.
Desde un principio las empresas anglosajonas han estado dispuestas a aceptar obligaciones sociales sin la presión del gobierno, ya que no solo buscaban ganancias, sino también una contribución al bien común. Pero.. ¿Por qué?
1.       Confianza; así obtienen el beneficio de la duda.
2.       Guerra por el talento.

Conclusión: La sociedad anónima es la mejor y más fácil estructura para que los ciudadanos particulares junten su capital, mejoren sus aptitudes y las transmitan. Pero no nos olvidemos que la mayor contribución de la empresa a la sociedad es el progreso económico ya que aunque deben de cumplir la ley están pensadas para hacer dinero.



[1] Se refiere a la novela de George Eliot que captaba perfectamente la sensación de pánico y de posibilidades que en esos tiempos generaba la tecnología. 

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