Historia de la Empresa: La Empresa. Historia de una Idea Revolucionaria
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Capitulo I: Mercaderes y
monopolistas (3000 a.C-1500 d.C)
Pto
de partida: entendemos que la empresa
moderna no ha madurado hasta el siglo XIX, pero vamos a resumir su “juventud” a
lo largo de la historia.
Mesopotamia (3000 a.C): tratos comerciales más allá del Trueque. Aparecen
contratos para organizar la tierra.
Asirios(2000 a.C): se encuentra el primer ejemplo de un fondo de inversión.
Atenas (300 a.C): sociedades para el comercio marítimo que debían de cumplir con la ley.
Roma (200 a.C):
“el honor de inventar la compañía habría
que otorgárselo a los romanos” (William Blackstone). En esta época se
crearon conceptos fundamentales en el ámbito mercantil y se otorga por primera
vez una personalidad colectiva (a una sociedad) distinta a la de los miembros
que la forman
Islam:
se fomentan las ganancias responsables.
China (1000 d.C): a pesar del adelanto con el que contaban no se organizaban en
compañías. Esto, junto con la cultura asiática y la interferencia del Estado
Chino provocó un aislamiento que resultó fatal.
El relevo del imperio Romano tuvo dos ramificaciones:
Italia con las mercantiles y el Norte de Europa con los gremios.
Italia: las mercantiles se usan para
gestionar viajes marítimos (continuación de Roma). Aparece la compagnia en Florencia que tiene
más atribuciones, además se empieza a usar la partida doble en Contabilidad.
Las compagnias estaban muy
relacionadas con los bancos: Banca Médicis- familia
Médicis-, (muy importante en la época, proporcionó gran parte del capital
del Renacimiento) Esta banca intento diversificar el riesgo de sufrir pérdidas
abriendo 10 sucursales en ciudades distintas.
Hay que resaltar la figura de Datini, un
comerciante que se caracterizó por el uso muy activo de libros de contabilidad
y por plasmar todos sus acuerdos en contratos por escrito. Además diversificaba
su fortuna para reducir perdidas. Defendió el concepto de compañía ya que decía
que si dos socios se portaban como debían, las ganancias obtenidas por ambos en
común serían superiores a las obtenidas individualmente.
Norte de Europa: también había
sociedades, pero lo más relevante que aportaron fueron los gremios. Aparece la
figura de la guilda como
una entidad mercantil que gozaba de monopolio del comercio dentro de las
murallas de la ciudad a cambio de una contribución al rey. Pero estas
entidades, eran más bien sindicatos que protegían los intereses de sus miembros
dando formación a los aprendices y realizaban exámenes a los iguales para
eliminar a los menos capaces. A veces
los comerciantes operaban como consorcios
para conseguir mejores precios de las materias primas, además de gozar con
la protección del Estado en materia de seguridad.
Capítulo
2: Imperialistas y especuladores (1500-1750)
Los siglos XVII y XVIII
asistieron al surgimiento de un tipo de entidades comerciales: las chartered
companies o compañías privilegiadas (sociedades mercantiles creadas por cédula
real). Éstas era un esfuerzo conjunto de los estados y los mercaderes para
explotar las riquezas de los nuevos mundos abiertos por Colón, Magallanes y
Vasco de Gama. Poseían cartas reales que les daban derechos exclusivos para
comerciar en alguna parte del mundo. Pertenecían al sector público y al
privado. Estas compañías se inspiraban en dos ideas medievales: (i) las
acciones podían venderse en el mercado libre; y (ii) responsabilidad limitada
(para que los inversores aportaran grandes sumas de dinero).
Nos centramos
fundamentalmente en dos compañías: la Compañía Holandesa de las Indias
Orientales (VOC: Vereenigde Oost-Indische Compagnie), y la Compañía de las
Indias Orientales inglesa. Mientras la segunda organizaba cada viaje como una
operación aislada con distintos accionistas, los accionistas de la VOC se
comprometían en el negocio por 21 años (sistemas que los ingleses terminaron
copiando).
Los holandeses fueron los primeros
en negociar acciones en una Bolsa de Valores formal, poniendo de moda la
especulación bursátil en Holanda. También marcaron el paso de la competencia
imperial en el extranjero.
Las grandes compañías
privilegiadas acaparaban la escena, y fueron sus constantes abusos los que
hicieron que muchos reformistas considerasen a las S.A. como peligrosas y
anticuadas.
[Nos
centramos ahora en la Compañía de las Indias
Orientales (inglesa): surgió en 1599, cuando un grupo de 80 comerciantes y
mercaderes solicitaron a Isabel I la creación de una compañía para comerciar
con las Indias Orientales. En 1600 se concedió una cédula “al gobernador y la
Compañía de Mercaderes que comercian con las Indias Orientales”, obteniendo un
monopolio por 15 años del comercio con las Indias Orientales (“países y puertos
de Asia y África, y con todas las islas, puertos, ciudades y lugares de Asia,
África, y América, o cualquiera de ellos, entre el cabo de Buena Esperanza y el
estrecho de Magallanes”).
Se
programaron viajes de 16 meses: en el de ida el cargamento principal era plata
así como otras mercancías, en la India cambiaban casi todo por telas de
algodón, que luego canjeaban en las islas de las Especias por pimienta, clavo y
nuez moscada. A veces un viaje a China, Japón o Filipinas añadía seda, añil,
azúcar, café y té. Pero la ruta normal era volver de la India, donde parte del
cargamento de especias se cambiaba por té, que tenían un mercado incipiente en
Europa. Para ello, se requería de una administración compleja, creándose una
estructura de dos niveles: La Asamblea General se componía de los accionistas
con derecho a voto; la gestión diaria se confiaba a la junta directiva (24
hombres elegidos por la Asamblea General). El gobernador, subgobernador, asistidos
por determinadas personas, trabajaban en siete comisiones especializadas cada
una en una materia. Esta compleja estructura dependía de la calidad de los
factores. Estaban expuestos a toda clase de peligros (los jefes locales,
enfermedades, enriquecerse ellos y no su patrón. Para ello, la Compañía elegía
para estos puestos a los hijos de los mayores accionistas, y fomentaban su
lealtad pagándoles sueldos generosos y diciendo que la compañía era “una gran
familia”, inculcaban la diligencia estimulándoles a ir a la iglesia a diario y
censuraban rigurosamente la embriaguez, el juego y el despilfarro.
La
compañía por poco desaparece a mediados del siglo XVII. La brutal VOC la
expulsó de las islas de las Especias, por lo que la compañía decidió entonces
centrarse más en la India, prosperando con vigor.
A
finales del siglo XVII, la compañía podía presumir de ser un monopolio bien
organizado que proporcionaba a la Corona unas 20.000 libras en derechos de
aduana. No obstante, este monopolio recibía muchas críticas y oposición. La
compañía iba aguantando, durante el siglo XIX, el gobierno se valía de la
renovación de la cédula; en 1813 el gobierno abolió su monopolio comercial; en
1833 le arrebató su derecho a comerciar, y, finalmente en 1874 expiró la
cédula].
-
John Law y el dios Mammón
Las
primeras sociedades anónimas fueron instrumentos de una gran especulación
financiera e imperialismo económico. A principios del siglo XVII, los gobiernos
de Francia y Gran Bretaña se valieron de dos compañías privilegiadas para
reestructurar su deuda. Mientras que el objetivo era reducir el coste del
servicio de su deuda convirtiendo las obligaciones (interés fijo) en acciones
(menos rentables), el resultado fue la mayor burbuja financiera de la historia.
La culpa la tuvo John Law, quien emitió una gran cantidad de acciones de sus
empresas y mantuvo viva la fiebre especuladora anunciando dividendos generosos
y permitiendo a los accionistas comprar más acciones con un tupo preferente. En
1719, propuso convertir toda la deuda nacional constituida por bonos anuales en
acciones de la compañía, financiando estas operaciones mediante la emisión de
gran cantidad de acciones. Se produjo una locura colectiva, y una multitud de
personas acudieron a obtener acciones. Era inevitable que la burbuja reventara,
y a principios de 1920, los inversores empezaron a abandonar la Compañía de
Mississippi (cuya concesión comercial tenía John Law). Ello provocó que el
valor de sus billetes y acciones siguiera cayendo y se vio obligado a abolir el
papel moneda y cerrar la Banca, para luego huir del país.
Las empresas
privilegiadas hicieron mucho daño (estafaron, fueron pioneras de la esclavitud,
e incluso tenían las manos a veces ensangrentadas). Sin embargo, en América las
compañías privilegiadas a veces desempeñaron un papel más ilustrado (por
ejemplo la Compañía de Virginia introdujo la democracia en las colonias).
Adam Smith tenía dos
quejas fundamentales contra las misma: (i) el hecho de que las compañías
privilegiadas mantuvieran monopolios; y (ii) pensaba que las sociedades de
riesgo compartido eran por su naturaleza menos eficaces que los comerciantes
independientes. Le preocupaba además el problema de la representación.
3.
UN PARTO LARGO Y DOLOROSO (1750-1862)
En
Gran Bretaña, la ley exigía que todas las sociedades por acciones estuvieran
autorizadas por el Parlamento, por eso casi todos los empresarios
(especialmente en la trata de esclavos y la industria, las dos áreas más
dinámicas de la economía británica) preferían las sociedades comanditarias y
varias formas de entidades no participadas.
Por
otro lado, en EEUU, se sirvieron
primero de las corporaciones privilegiadas dotadas de derechos monopolísticos
especiales para construir la nación, y después de la independencia, surgieron
muchas S.A en empresas de transportes, bancos, y, en menor medida, compañías
industriales y de comercio.
Sin
embargo, aunque predominaran, las sociedades comanditarias no eran perfectas.
La responsabilidad ilimitada reduce la capacidad de la empresa para conseguir
capital y además la muerte inoportuna de un socio importante o del heredero a
menudo mataba también a la empresa. Los empresarios las mantenían porque no
querían que el Estado se entrometiera en sus negocios.
La
empresa moderna como tal surgió en la Inglaterra victoriana. Durante la primera
mitad del siglo XIX, los ingleses liberalizaron su legislación mercantil y
aparecieron los ferrocarriles (Ley de Ferrocarriles de 1844) y las líneas
telegráficas, todo ello envuelto en el llamado “efecto Middelmarch”[1].
El
gran debate de la era victoriana se centraba en torno a la responsabilidad
limitada. Adam Smith insistía en que la
empresa gestionada por el dueño era una unidad económica más pura, porque el
único modo de que una S.A pudiera competir era acogiéndose a la responsabilidad
limitada. Por su parte, los reformistas argumentaban que denegar a los
empresarios la responsabilidad limitada era antiliberalismo. Los social
cristianos también estaban a favor porque consideraban que servía para
enriquecer a los pobres y aliviar la lucha de clases.
En
contra, los ricos y los industriales se preguntaban ¿no podían los empresarios
obtener las sumas necesarias de los ahorros de la familia y reinvertir las
ganancias? ¿La responsabilidad limitada no haría recaer el riesgo del comercio
en los proveedores, clientes y prestamistas?
Al gobierno también le preocupaba
la fuga de negocios al extranjero.
Con
todos estos argumentos se aprueba la Ley de Responsabilidad Limitada de 1855,
que daba el privilegio de la responsabilidad limitada a las compañías
registradas. También se aprueba la Ley de Sociedades Anónimas de 1856 de la
mano de Robert Lowe, “padre de la empresa moderna”. Con esta ley se permite a las compañías
obtener responsabilidad limitada, sin mínimos para emitir acciones, (excluidos
bancos y aseguradoras), lo único que se exige es que 7 personas firmaran el
acta de constitución y que la empresa colocara el “S.A” detrás del nombre. Pero
aun quedaba mucho camino para llegar al capitalismo moderno.
También
en el resto de Europa se facilitó la
fundación de las S.A, lo que provocó un boom de las mismas en los años 70 del
s. XIX.
Conclusiones:
1)
La compañía es una creación política porque se le ha autorizado la
responsabilidad limitada, pero no es la consecuencia automática del avance
tecnológico, el debate sigue abierto desde entonces: ¿es la compañía
esencialmente una entidad privada, sujeta a las leyes del Estado, pero sin más
obligación que ganar dinero? ¿o es un organismo público que debe actuar en
favor del interés general?
2)
Las empresas tenían claramente un efecto político y social en las sociedades
donde crecían, como decía Drucker, la sociedad anónima no puede considerarse
simplemente una reforma, es una innovación!!
4. El Ascenso de las
Grandes Empresas en Estados Unidos (1862-1913)
1880: Richard Sears fundó la RW Sears Watch
Company. Entró así en el negocio de la venta por correo. Sears
ofrecía a la población rural un medio de eludir las tiendas locales, cuyos
precios eran más elevados. Se convirtió en el líder en
venta por catálogo. Estableció un “laboratorio
de control de calidad” >> atención al dato. ¡Qué modernos! En 1905 sacó su compañía a bolsa para
conseguir más capital.
La empresa de Sears se convierte
en una gran empresa moderna, con
accionistas, unidades operativas independientes, red nacional de proveedores y
gerentes profesionales a sueldo.
Hasta 1840 los empresarios creían en la mano invisible del mercado, no se esforzaban por coordinar. Con la I GM, la gran corporación se había convertido en la institución mercantil dominante. En 1813, EEUU fabricaba un 36% de la producción industrial del mundo frente al 16% de Alemania y el 14% de Gran Bretaña.
Hasta 1840 los empresarios creían en la mano invisible del mercado, no se esforzaban por coordinar. Con la I GM, la gran corporación se había convertido en la institución mercantil dominante. En 1813, EEUU fabricaba un 36% de la producción industrial del mundo frente al 16% de Alemania y el 14% de Gran Bretaña.
EL FERROCARRIL VINO PRIMERO
“La empresa comercial moderna se
hizo viable sólo cuando la mano visible de la dirección empresarial demostró
más eficacia que la mano invisible de las fuerzas del mercado”.
Los ferrocarriles también eran empresas modernas. Fueron las primeras empresas que empleaban grandes ejércitos de gerentes. Eran una figura nueva en una sociedad agraria: individuos que no eran dueños de la compañía pero le dedicaban su vida. Inventaron muchos de los instrumentos administrativos de la empresa moderna. La necesidad de capital del ferrocarril llevó a la creación de la Bolsa de Nueva York.
Los ferrocarriles también eran empresas modernas. Fueron las primeras empresas que empleaban grandes ejércitos de gerentes. Eran una figura nueva en una sociedad agraria: individuos que no eran dueños de la compañía pero le dedicaban su vida. Inventaron muchos de los instrumentos administrativos de la empresa moderna. La necesidad de capital del ferrocarril llevó a la creación de la Bolsa de Nueva York.
MINORISTAS FRENTE A FABRICANTES
Las primeras empresas
estadounidenses que aprovecharon la infraestructura ferroviaria fueron las de distribución y venta al público.
Entre 1850-1860 surgieron grandes mayoristas que compraban directamente a los fabricantes y vendían a los minoristas. Posteriormente, nacieron las empresas de venta al público; cadenas de tiendas, grandes almacenes y venta por correo. Debido a la Guerra de Secesión el número de empresas industriales creció el 80% en la década de 1860. Henry Ford perfeccionó el sistema de producción en serie. Su golpe de genio fue la cinta transportadora, que desplazaba las piezas en la cadena de producción.
Entre 1850-1860 surgieron grandes mayoristas que compraban directamente a los fabricantes y vendían a los minoristas. Posteriormente, nacieron las empresas de venta al público; cadenas de tiendas, grandes almacenes y venta por correo. Debido a la Guerra de Secesión el número de empresas industriales creció el 80% en la década de 1860. Henry Ford perfeccionó el sistema de producción en serie. Su golpe de genio fue la cinta transportadora, que desplazaba las piezas en la cadena de producción.
TODO BAJO UN MISMO TECHO
El éxito de Ford no se debía solo a que fabricara coches con más
rapidez, sino también a que reunía la
producción en masa y la distribución en masa bajo una sola entidad. La
clave era controlar la mayor parte posible de este proceso.
Para los Robber Barons, los Trust eran
un modo de esquivar las leyes que
prohibían a las compañías poseer acciones de otras.
LA REACCIÓN
La cuestión es si estas nuevas
compañías estaban convirtiendo EEUU en un lugar mejor. Disputas entre Sindicatos vs Robber Barons. En todos los
conflictos, los tribunales apoyaban
la contratación libre más que los derechos de los obreros. Pero al final se hizo caso al pueblo: comenzaron a caer los
monopolios, a fragmentarse todas las corp.
LA POPULARIDAD DE LA COMPAÑÍA
A los estadounidenses no les gustaba la concentración del poder, pero
admiraban el poderío global de los negocios. 3 factores evitaron que ese amor odio hacia las corporaciones se
convirtiera en hostilidad:
1.
Las grandes empresas aprendieron a intervenir en
política.
2.
Nacimiento de lo que hoy llamaríamos responsabilidad
social de la empresa.
3.
Las empresas estaban enriqueciendo el país.
La única manera de
competir con una de estas compañías enormes era montar otra igual de grande.
Pero aunque pudiera reunirse el dinero y encontrar buenos gerentes, estaba el
riesgo de poner tanta producción en el mercado que éste se hundiera. Por ello
en EEUU había tantos monopolios entre 1880-1940.
CAPÍTULO 5: EL ASCENSO DE LAS GRANDES EMPRESAS EN GRAN BRETAÑA, ALEMANIA Y
JAPÓN (1850-1950).
Distintas formas de concebir las empresas: Gran Bretaña (laissez-faire
y reticencia a sociedades anónimas. Buscaban el beneficio), Alemania y Japón (aceptaron
la SA y existían para servir a la sociedad y grandeza nacional).
GRAN
BRETAÑA
Aspectos
negativos: no supo explotar sus compañías pese a
ser el inicio de la industrialización. Destacan dos razones:
1.- Preferencia por la empresa familiar
y gestión personal. Gran carencia de capacidad gerencial. Esto no implica necesariamente el
fracaso.
2.- Prejuicios británicos contra la
industria, desprecio elitista por los negocios. Los colegios exclusivos
se centraban en materias inútiles. Pocas facultades de empresariales evitando
el contacto con la práctica empresarial.
Aspectos
positivos: las empresas ocasionaron grandes cambios: crecimiento de
sindicatos, revolución en hábitos de trabajo y posibilitaron la participación
de las mujeres. Fue esencial el empleo de la Bolsa para financiarse y el
aprovecharse de la libertad de comercio. A principios del siglo XX, gran
crecimiento por las fusiones.
ALEMANIA
Se unificó en 1871 pero fue capaz de
convertirse en primera potencia industrial europea debido a la mayor fortaleza
de sus empresas. Se diferenciaban de las americanas por ser un capitalismo
distinto que pone la cooperación por encima de la competencia y asumiendo el
protagonismo del Estado. 4 diferencias estructurales con las
anglosajonas:
1.-
Toleraban prácticas que los anglosajones consideraban contra la competencia porque beneficiaban al país en su
conjunto. Visión nacionalista respaldada por List.
La caída económica de finales del siglo XIX
forzó la unión de compañías (Kartell)
de diverso tipo, destacando las comunidades de interés (IG).
2.-
Influencia de los grandes bancos.
3.-
Sistema de gestión empresarial de dos niveles: consejos de
administración (decisiones diarias) y juntas supervisoras (formadas por
accionistas y grupos de interés).
4.-
Capitalismo benefactor alemán. Bismark impuso un sistema complementario
de “seguridad social”.
Sin embargo, el éxito alemán se debe sobre todo a dos aspectos: formación
(facultades de empresariales y fuertes inversiones) y alta consideración de los
directivos.
JAPÓN
Capitalismo organizado similar al
alemán combinando la profesionalización con el nacionalismo. En 1868, se abre a
Occidente, invitando a extranjeros para que les instruyeran en los métodos
occidentales y, entre otras medidas. Gran lealtad empresarial haciendo lo que
fuese para que la empresa triunfara a cambio de un empleo vitalicio. El crecimiento
fue enorme.
Los grandes grupos industriales
japoneses eran los zaibatsu. Mezcla
de propiedad familiar y gestión meritocrática, se dedicaban a una gran variedad
de actividades pero siendo eficaces y flexibles.
CAPITULO 6
Capitulo 6:
EL TRIUNFO DEL CAPITALISMO GERENCIAL (1913-1975)
Al
estallar la Primera Guerra Mundial, la gran empresa se había convertido en la
entidad definitoria de la sociedad estadounidense; y lo más destacable de los
70 años posteriores fue su continuidad y éxito ininterrumpido. Este éxito fue
resultado de la compañía compuesta por varias divisiones surgida en los años
20. Esta gran compañía fue una innovación decisiva por sí misma, porque la
profesionalizaba y fijaba su estructura dominante; y porque se convirtió en la
base del “gerencialismo”. Así, el arquetipo de la Edad de Oro, el robber baron,
fue sustituido por el gerente profesional.
Evolución:
-
Entre
1900 y 1920:
tuvo lugar la separación gradual de la propiedad de la empresa de su dirección.
Los robber barons tomaban las decisiones estratégicas pero no eran capaces de
supervisar personalmente todas las actividades de sus gigantescos imperios, por
lo que se hizo necesario recurrir a la nueva clase de gerentes profesionales.
Éstos coordinaban toda la evolución del producto, desde los proveedores hasta
los clientes; y pronto su capacidad organizadora se convirtió por sí sola en
una ventaja decisiva para competir. Poco a poco estos gerentes empezaron a
tomar también las grandes decisiones estratégicas. Esta empresa organizada en
divisiones fue la que Alfred Sloan invento para General Motors.
Caso
General Motors (GM) vs Ford.
GM
fue salvada por Pierre DuPont al comprar el 37% y elegir a Sloan como encargado
de reorganizar la empresa de arriba abajo. Se dieron cuenta que las operaciones
de la compañía eran demasiado dispares para que las dirigiera una sola
autoridad central, y decidieron convertir sus distintas unidades (automóviles,
camiones, repuestos y accesorios) en divisiones autónomas, que quedarían
definidas por el mercado que atendían. El sloanismo se basaba por tanto en una
descentralización organizada en la que las divisiones se movilizaban juntas
para conseguir mejores precios (desde el acero hasta el papel de cartas). Por
encima se creó además un poderoso departamento general para revisar la compleja
estructura en todos sus aspectos. La ventaja principal residía en que la
estructura de la compañía era fácil de ampliar, ya que no había mas que crear
otra división. Por otro lado, la determinación de Ford de administrar por sí
solo su enorme imperio le llevó al desastre: no tuvo en cuenta las nueva
estrategia de segmentar el mercado ni las teorías sobre gestión, y se negó a
implantar los métodos de gestión más elementales. Ello llevó a que en 1929 la
cuota de mercado de Ford cayera un 31% mientras que la de GM subió del 17 al
32,3%. Como afirma Tomas McCraw “lo que Ford hizo con las máquinas, Sloan lo
hizo con los seres humanos”.
Esta
estructura de divisiones fue adoptada por muchas de las grandes firmas: United
States Rubber, Standart Oil y US Steel, DuPont Company; y otras muchas se
convirtieron a la fe de la gestión empresarial: Coca-Cola; Procter&Gamble.
-
Se
tomó conciencia de que la nueva cultura de gestión era aplicable a todo
tipo de ámbitos; incluso intentaron aplicarla en el gobierno. Empezaron a
brotar escuelas de empresariales como la Harvard Business School que ofrecían
cursos de marketing, finanzas empresariales y hasta política comercial. Empezó
la era de una nueva religión gerencial: “Los gerentes, no los banqueros ni los
accionistas, son el elemento fundamental de la industria. La buena gestión es
la que atrae el crédito, a los trabajadores
y a los clientes” (Follet).
-
Entre
1930 y 1940, al
intensificarse la presencia de la compañía en la sociedad, el debate sobre su
papel también se intensificó, planteándose 3 preguntas fundamentales: ¿por qué
existe la compañía?, ¿para quién trabaja?, ¿qué pasa con los trabajadores?. Así
se paso de una sociedad mercantil organizada y dirigida fundamentalmente para
beneficiar a los accionistas a una compañías con una dimensión social además de
un fin económico. Peter Drucker resaltó la idea de que se tratara a los
trabajadores como un recurso y no sólo como un coste. Advertía éste que lo más
valioso de los trabajadores no eran sus manos si no su cerebro;
identificándoles en 1959 como los “trabajadores del conocimiento”.
-
Mientras
que en Estados Unidos, el Estado siguió siendo cliente, policía y aliado de las
empresas pero no su dueño, en Europa Occidental los gobiernos de postguerra
empezaron a nacionalizar sistemáticamente las empresas dominantes en la
economía (industria pesada, comunicaciones, infraestructura).
-
Entre
los años 1950 y 1960,
la descentralización se convirtió en una máquina de crear empleos para los
gerentes y pronto se adoptó la idea de mantener un equilibrio justo y eficaz
entre las exigencias de las diversas partes interesadas: accionistas,
empleados, clientes y el público en general, adoptando diversas políticas y
medidas como pensiones de jubilación, manuales de empleo, etc. Los beneficiados
más directos fueron los gerentes, y al final de estos años había demasiados
“hombres de la compañía” dirigidos desde fuera en vez de desde dentro, más
interesados en la buena opinión de sus colegas que en seguir su brújula
interior. No obstante, en el extranjero, las empresas estadounidenses
conquistaban un mercado europeo tras otro y, estos últimos decididos a aprender
de los primeros. En 1970 más de la mitad de las mayores empresas
industrializadas habían contratado los servicios de McKinsey para reorganizar
sus estructuras de gestión. Incluso las compañías japonesas y alemanas, que
seguían aferradas a su visión del capitalismo cooperativo, importaron en parte
la estructura de las múltiples divisiones y predominaban en ellas los grandes
negocios.
-
Debemos
concluir afirmando que los conglomerados de los años 70 se hicieron en parte
engullendo las divisiones que otras compañías desechaban, y en parte con
absorciones hostiles; y con la ayuda de normas de contabilidad generosas y de
inversores codiciosos. A partir de 1973 se empezó a desinflar esta
burbuja, al no producir estos grandes conglomerados la rentabilidad que los
accionistas esperaban, restringiéndose su capacidad de apoderarse de más
compañías.
CAPÍTULO 7 LA PARADOJA DE LA COMPAÑÍA
En
1973, Sears inauguró el edificio más alto del mundo en Chicago. Fue una manera
de humillar a Ward y una alarde de su propia confianza en el capitalismo
estadounidense. Paradójicamente, esa confianza estaba justificada y era a la
vez un engaño.
En
1970 se creía que las grandes compañías apoyarían la situación posbélica, pero
las economías estaban en situaciones lamentables. La desregularización comenzó
en UK cuando Thatcher fue aupada al poder por los votantes hartos de huelgas y
estanflación.
En
1982 el gobierno inglés privatizó varias compañías y a él le siguieron
gobiernos europeos y EEUU. Incluso dentro del sector privado, la sociedad
anónima cotizada en bolsa consolidó su influencia en el capitalismo: cuanto más
crecía una compañía, más se asimilaba a una S.A.
Pero
Sears se tambaleaba ya que el mercado de los grandes almacenes desaparecía, y
Ward cerraba en 2000. Un nuevo ejecutivo salvó la compañía gracias a grandes
recortes. El gran tamaño de las grandes empresas era ahora sinónimo de
inflexibilidad y las pequeñas compañías empezaron a crecer mucho más rápido.
A
partir de 1975 surge la mentalidad de los trabajadores del conocimiento. La
exportación más importante de EEUU en 1999 era de capital intelectual.
Hubo
3 factores fundamentales en la desarticulación de la compañía:
1.
Los
japoneses: en 1980 hicieron inversiones en el extranjero 10 veces mayores que
en las 3 décadas previas. El modelo de empresa reunía todas las fases del
proceso productivo y gestión de calidad así como el empleo vitalicio. EEUU vio
que siguiendo estos métodos podía competir en diseño e innovación. Pero en los
90 Japón se estancaba.
2.
Wall
Street: que los accionistas estuvieran desunidos era cómodo para las empresas,
pero las entidades colectivas de inversión y los fondos de pensiones crecieron
rápidamente aumentando la influencia colectiva. A quien más temían los gerentes
era a los “saqueadores de empresas” que las desmantelaban aprovechando sus
deudas. Esta batalla de los 80 propició las absorciones y fusiones; esta
adquisición apalancada (apoyada en bonos basura que generó muchas pérdidas) era
un intento por hacer que los gerentes pensaran como dueños, dando más peso a
los accionistas; pero a finales de siglo los accionistas no habían logrado
frenar el poder de los gerentes. Los bárbaros y los fondos de pensiones
recordaban a los gerentes “el dinero va donde y se queda donde le traten bien”.
3.
Silicon
Valley: las ideas comerciales y la tecnología del Valle desarticularon aún más
la compañía. El Valle cambió la compañía por: los productos que hacía
(centrándose en la miniaturización), y por la creación de una forma distinta de
vida empresarial donde la meritocracia era absoluta (las compañías gacela). A
finales de siglo la jerarquía de las grandes empresas se volvió más laxa y las
fronteras se hicieron más difusas en imitación al modelo del Valle.
Las
compañías empezaron a subcontratar, reorganizar el negocio, llevar sus sedes
fuera de las ciudades…etc. El hombre de la compañía era ahora el emprendedor
sin corbata y las mujeres empezaron a competir. El cambio más grande era
psicológico: el empleo y el cargo ya no eran algo seguro y fijo, importaba el
mérito. Los gobiernos habían liberalizado la compañía, desregulado mercados,
reducido barreras, privatizado empresas públicas…etc y la sociedad quería que
las empresas asumieran fines sociales. Se reanudó la discusión de si el fin de
las empresas es ganar dinero o ser un instrumento de bien común; y aquí es
donde entra la multinacional.
Aquí va el 8
LAS MULTINACIONALES:
AGENTES DE INFLUENCIA (TEMA 8)
Las multinacionales siempre han levantado recelos:
de las élites nacionales, que las consideraban una amenaza a su legítima
autoridad; de los populistas conservadores, que las condenaban por ser agentes
del cosmopolitismo; y de los socialistas, para quienes eran la “última fase del
capitalismo”.
La única razón por la que una multinacional prospera
en un país, por medios lícitos o no, es que vende mejor sus mercancías o los
servicios que los competidores nacionales.
Con la Edad Media los primeros negocios cuyas
actividades atravesaron las fronteras fueron los bancos. Pero la historia de la
multinacional moderna, y de la misma compañía moderna, empieza en Gran Bretaña
con el ferrocarril. Mientras que en EEUU las compañías británicas eran
sobretodo inversores pasivos, en otros países construían las vías y enviaban
desde Gran Bretaña los gerentes, los materiales, los equipos y la mano de obra.
Las primeras compañías ferroviarias tenían dos consejos de administración: uno
en Londres, ocupado principalmente de la gestión financiera, y otro en el país
donde trabajaba, para dirigir las operaciones sobre el territorio.
Las sociedades anónimas victorianas copiaron este
sistema en sus grandes incursiones destinadas a la búsqueda y extracción de
materias primas. La obtención de estas materias primas obligaba a establecer
compañías multinacionales con un consejo en cada lugar.
En el último cuarto del siglo XX la forma de las
multinacionales evolucionó de dos maneras: en primer lugar, se liberó de su
pesada envoltura: los ferrocarriles y las minas cedieron la primacía a las
empresas que se aventuraban a vender medicamentos, cigarrillos, chocolate,
jabón, margarina, máquinas de coser y ropa de confección en el extranjero. En
segundo lugar, tuvo que adaptarse a la negociación política, especialmente en
materia de aranceles.
Un país tras otro levantaron barreras aduaneras con
el fin de proteger y estimular la industria nacional. En la época de la I
Guerra Mundial, Gran Bretaña y los Países Bajos eran las únicas naciones
importantes que enarbolaban la bandera del comercio libre. Estas barreras afectaban
a todas las multinacionales (pero las británicas las sufrieron antes porque
fueron las primeras). Así pues, mientras que las compañías estadounidenses
tendían a invertir en su país, las británicas convirtieron el mundo en su campo
de experimentación. En 1914, la mitad de las 30 mayores compañías británicas
tenía por lo menos una fábrica fuera del país (incluso las empresas pequeñas
británicas saltaban al exterior). Pero pese a su espíritu pionero, los
británicos cojeaban en el extranjero de lo mismo que cojeaban en casa: gestión
poco profesional.
Casi todos los países europeos crearon
multinacionales (los alemanas eran más sistemáticos y menos aventureros y
produjo multinacionales de alta tecnología con mucho más éxito que Gran
Bretaña, y Francia era el segundo exportador de capital de Europa después de
Gran Bretaña). También las compañías asiáticas empezaban a expandirse en el
exterior.
El mayor desafío al liderazgo británico lo
plantearon las empresas de EEUU. En 1914, cada vez más compañías norteamericanas
tenían uno o dos fábricas en el extranjero. La inversión directa en el exterior
era de alrededor del 7% del PIB de EEUU. En 1950, Gran Bretaña había cedido a
EEUU el primer puesto en la creación de multinacionales del mundo. Las
compañías industriales fueron las primeras de EEUU que se establecieron en el
extranjero. Entraron en operaciones extranjeras del mismo modo que los
británicos adquirieron su imperio: en un ataque de distracción. Las empresas de
EEUU improvisaron departamentos de ventas en el extranjero para enfrentarse a
la demanda espontánea de sus productos. Pero una vez que penetraban en esos
mercados, se vieron reforzadas, irónicamente, gracias a aquellos que querían
dejarlas fuera. (por ej, en 1987 el conde Goluchowski, ministro de Asuntos
Exteriores de Austria mandó una circular a los dirigentes europeos urgiéndoles
que se unieran contra la invasión de EEUU con barreras arancelarias y las
empresas estadounidenses las eludían estableciendo filiales en Europa y así sus
mercancías llegaban antes al mercado y podían adaptarlas al gusto local).
También los estadounidenses desplegaron sus alas más allá de Canadá y Europa
occidental , y en plena Depresión encontraron campo para crecer rápido en
Hispanoamérica. En los años de la posguerra de la II GM EEUU aventajó a Gran
Bretaña. Después de la guerra, el creciente nivel de vida europeo estimuló la
demanda de productos de consumo que las empresas estadounidenses en expansión
estaban en mejores condiciones de satisfacer. Los sesenta fueron los años cumbre
para las multinacionales estadounidenses.
En los años 70, la devaluación del dólar encareció
los valores extranjeros para las empresas de EEUU y abarató los valores
estadounidenses para los extranjeros. La subida del precio de petróleo a
mediados de la década y la consiguiente alza del precio de las mercancías
dispararon la demanda de aparatos de bajo consumo energético que los
norteamericanos no tenían experiencia en producir. La inflación y la recesión
quebrantó más aun su confianza en si mismos. En los 80, los norteamericanos
estaban vencidos por los alemanes y humillados por los japoneses. En el año
2000 sucedieron tres cambios importantes que afectaron a todo tipo de
multinacionales: 1) el enorme aumento de su número, 2) las empresas pequeñas promovían
la globalización tanto como las grandes gracias a la rebaja de los aranceles,
la desregulación generalizada, la caída de los costes del transporte y las
telecomunicaciones, 3) las compañías que operaban en todo el mundo se
esforzaban por tratarlo como un mercado único.
Conclusión: El futuro de la compañía
Pto de
partida: la transformación de los ciudadanos en meros engranajes de la gran
máquina industrial por parte de las grandes empresas.
Las compañías
han cambiado la conducta de los individuos rompiendo con el viejo orden social
y marcando el paso de la vida diaria. Se caracterizan (y es la clave de su
éxito) por su capacidad para evolucionar – pasaron
de ser un instrumento estatal a una república independiente que administra sus
asuntos y enrique a los accionistas-. No hay duda de que la compañía
seguirá cambiando, pero… ¿Hacia dónde?
a)
Punto
vista económico
i.
Riesgo
de que un grupo de empresas se apoderen
del mundo en silencio. Crítica: las grandes empresas han perdido terreno.
ii.
Compañías
cada vez menos sólidas que tengan que subcontratarlo todo. Crítica: las
grandes empresas siguen creciendo para hacerse mas grandes.
iii.
El elemento básico de la economía es la red de compañías (no una sola).
Crítica: no gozan de personalidad jurídica ni de un sistema interno para darse
cuenta de sus actos.
La tendencia actual es que la compañía se vuelva “menos compañía” y que las organizaciones más grandes se dividan en
unidades más pequeñas y emprendedoras.
Estas posturas no tienen en cuenta una variable decisiva como la política.
b)
Punto
visto político.
Las
compañías tiene que tener presente a la sociedad en todo momento, teniendo especial cuidado con los escándalos
empresariales y cuidando su responsabilidad para con la sociedad pero… ¿ante
quién son responsables las compañías?
-ideal benefactor: ante
estamentos sociales.
-ideal del interés: ante sus
accionistas.
Desde
un principio las empresas anglosajonas han estado dispuestas a aceptar
obligaciones sociales sin la presión del gobierno, ya que no solo buscaban
ganancias, sino también una contribución al bien común. Pero.. ¿Por qué?
1. Confianza;
así obtienen el beneficio de la duda.
2. Guerra
por el talento.
Conclusión: La sociedad
anónima es la mejor y más fácil estructura para que los ciudadanos particulares
junten su capital, mejoren sus aptitudes y las transmitan. Pero no nos
olvidemos que la mayor contribución de la empresa a la sociedad es el progreso
económico ya que aunque deben de cumplir la ley están pensadas para hacer
dinero.
[1] Se refiere a la novela de
George Eliot que captaba perfectamente la sensación de pánico y de
posibilidades que en esos tiempos generaba la tecnología.
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